Amor de Misericordia

¿Qué es la misericordia?

La misericordia es la característica mayor del Corazón de Jesús, que se llamaba a sí mismo el” Buen Pastor” y que nos ha dicho: “Sean misericordiosos como su Padre Celestial es misericordioso” (Lc 6, 36).
Para San Juan Eudes, “la misericordia es una verdadera compasión de las miserias espirituales y corporales del prójimo, acompañada de una gran caridad para socorrerle según nuestras posibilidades” (O.C.III, 290). También dice él: “hay que perdonar de todo corazón y olvidar pronto las ofensas recibidas del prójimo” (O.C.VIII).
Para SME, la misericordia emprende todo, soporta todo, conduce todo a la meta trazada y triunfa de todas las dificultades. Según su propia definición, “la misericordia es el amor que perdona”. (Conferencias Cap. 4 (5) P. 44)
“Puesto que se ha dignado asociarnos a su obra, colocamos el mismo lugar del redil donde ha reunido innumerables ovejas infortunadas, hemos de vivir la vida misma de nuestro adorable Maestro y formarnos según su espíritu”. (Conferencias Cap. 1 (6) P. 15)
La santa fundadora recuerda con unción la bondad inefable de Jesús hacia Magdalena, la Samaritana, la mujer adúltera y también hacia los discípulos de Emaús. Ella subraya todos los sacrificios que los buenos pastores se imponen por el bien de su rebaño. Es así que brota de su corazón una página llena del frescor con la gracia de una escena pastoral.

“¿Qué hace un pastor? – Se olvida de sí mismo. Sufre con frecuencia el hambre, la sed y toda clase de penalidades con tal de lograr los buenos pastos para sus ovejas, evitar que sufran y encontrar lo que habían perdido. Se olvida de sí para cuidar de ellas. ¡Con qué solicitud las conduce donde puede hallar buenos pastos! Durante el verano busca los lugares donde se encuentra el fresco y el agua; en invierno las lleva a donde el frío es menos riguroso, la hierba más crecida y más abundante para alimentarlas. Si encuentra plantas venenosas cerca de sus corderillos las arranca rápidamente. Vela noche y día para evitar que el lobo se acerque; jamás se entrega enteramente al descanso. He aquí lo que ustedes deben hacer para con las jóvenes y las niñas que Dios les ha confiado. Como una madre afectuosa ama infinitamente a sus hijos, amen a las penitentes que les sean confiadas directamente o no, ámenlas cualquiera que sean sus defectos naturales y sus miserias, es decir, ámenlas con los sentimientos inspirados por la fe, mirando en ellas su título de hijas de Dios”. (Conferencias Cap. 1 (6) Pp. 17-18)

El amor es la llave del éxito en la santificación personal y también en las obras apostólicas. Bondad, justicia, delicadeza, cuidado, consideración, compasión, ternura, buen ejemplo, dulzura y firmeza, justa condescendencia, he aquí toda la gama de sentimientos y actitudes del Buen Pastor. “Cuando el Buen Pastor ve que empieza a escasear la hierba en el lugar donde se había establecido, dobla su tienda, pide, si es preciso, a otros pastores que le ayuden y parte a regiones lejanas donde hay abundantes pastos. Incluso cuando se encuentra muy mal, abandona a sus parientes y amigos para ir a una región extranjera. No toma en cuenta sus penas, le basta que sus ovejas se apacienten (...) Todo lo que vemos hacer a los pastores por sus rebaños ¿no lo haremos nosotras a favor de estas pobres almas que valen el precio de la Sangre de Nuestro Señor y que por lo mismo deben sernos tan caras?”. (Conferencias Cap. 1 (6) P. 18)

“La misericordia es el amor que perdona”

Imposible hablar de la misericordia de Santa María Eufrasia sin mencionar su enorme capacidad para perdonar.
Dios se lo había guardado en los tesoros de su misericordia, ¡Él hará muchas obras! (P. 340 Carta 648 Tomo IV)
Dios en su misericordia, nos facilitará los medios (...) por la salvación de esas pobres pecadoras. (P. 429 Carta 519 Tomo III)